Quiero hacer esta crónica porque me veo en la obligación de daros el sitio que os merecéis a todos y todas los que ayer me hicisteis ver lo grandes que sois. Hombres y mujeres que están unidos por la pasión de correr y que cada fin de semana hacéis que me de cuenta de que los gladiadores también corren.
Desde estas líneas quiero agradecer a todos/as los que ayer demostraron ser unos valientes, unos gladiadores unidos por una pasión, el running, que ni las condiciones atmosféricas extremas pueden tumbar. Ya lo demostraron en Guadalcacín y lo volvieron a demostrar ayer, bajo un sol de justicia, con un viento prácticamente nulo y con una temperatura que rondaba los 30 o 31 grados.
Esta crónica va por esos gladiadores, que no temen ni al calor, ni al frío, ni a la lluvia, ni al viento, ni a nada que pueda suponer un muro. Los muros nos duran a nosotros 2 segundos, lo que se tarda en poner un pie delante del otro y seguir corriendo o caminando. Que se lo pregunten a mi amigo Álvaro, que después de pegarse 12 horas en los 101 km de Ronda y terminar a las 12 de la noche, se presentó en Los Toruños para acabar la carrera. También se lo pueden preguntar a mi amigo Miguel Salvador, que después de darle un golpe de calor tremendo, siguió corriendo, sin pararse para llegar a la meta. ¿No es eso ser gladiadores? ¡¡Eso es tener pasión y ser un campeón!!. Por cierto, se me olvidaba la gran Isa Canca, que después de mucho tiempo sin correr, se ha vuelto a animar para hacer un tiempazo
Y bajo mi opinión personal, todos/as ustedes merecen un premio, el premio a la constancia, el premio a la humildad, y el premio al compañerismo. Y ese premio se materializó en ese rato que echamos después de la carrera debajo de ese árbol, todos unidos y en comunión, como debe ser. Por eso, sí que merece la pena todo lo que estamos trabajando por alcanzar nuestros objetivos bajo sol o bajo lluvia. Ustedes, gladiadores y gladiadoras del AD Maratón Puerto Real, se merecéis todo el cariño del mundo.
Y, por último, no quiero olvidarme de mis compañeros/as del Club Atletismo Puerto Real, que también sufrieron lo suyo, y de mi amigo José Ramos (Pepito), que nos dio un sustito, pero que ya se ha recuperado para seguir siendo bandera del atletismo puertorrealeño hasta que él quiera.
Aquí tenéis las imagenes de nuestros gladiadores:
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